domingo, 22 de enero de 2017

El secreto del crecimiento empresarial

Hola a todos y a todas. Hace mucho tiempo que no he podido dedicar el tiempo necesario a seguir contándoos contenido que considero de interés personal. El 2016 ha sido un año realmente intenso y enfático a nivel profesional. TAOM, una de las razones importantes por las cuales mi ilusión sigue viva, y consigue mantenerse a flote a pesar de las adversidades o infortunios, se ha sometido a un crecimiento exponencial imponente, sosteniendo un crecimiento de más del 300% en dos años. Dentro de este periodo he sufrido malos momentos, ataques de ansiedad, crisis personales, carencia de creatividad, falta de impulso... Hasta el punto extremo de haberme planteado cambiar absolutamente de vida y comenzar una nueva como vendedor de libros -algo que, por otro lado, me hubiera entusiasmado-. Cuando todo pasa y encuentras el apoyo necesario, la perspectiva cambia volviendo a encontrar el camino que decidí recorrer hace 15 años.




Lo conseguido nos es difícil de creer hasta a los que hemos sido partícipes de ello desde el inicio. Pero lo más importante es que es los retos jamás acaban, y si eso ocurriese nosotros nos encargaríamos de autoretarnos. Creo y confío en el cambio, nunca he tenido miedo en arriesgar, en arriesgar mucho, en las nuevas formas de gestión y desarrollo, en las Personas jóvenes y con talento que tan fuerte pisan y tanto tienen que enseñarnos... Este primer post del 2017 os habla del porqué y del cómo.

En el año 2000 aparece el término liderazgo empresarial como un concepto propio desarrollado por los profesores de la Escuela de Negocios de Columbia Rita Gunther McGrath y Ian MacMillan. En su trabajo ‘The Entrepreneurial Mindset’ interrelacionan el liderazgo empresarial con aquellos profesionales que son capaces de aprovechar las oportunidades que se presentan en un mercado cada vez más dinámico y conseguir una posición más ventajosa respecto a sus competidores.
De ahí que una de las mayores dificultades a la hora de definir el liderazgo empresarial radique en la misma volatilidad del concepto, que varía en función de los nuevos escenarios a los que se enfrentan las organizaciones. Aunque siempre es enriquecedor conocer los estilos de liderazgo que forjaron grandes nombres en la historia,  como explica Paul Bennett, director de Estudios Directivos en la Universidad de Southampton, “en el cambiante y complejo mundo de los negocios del siglo XXI, es difícil comprender por qué la educación en management se centra en los estilos de liderazgo de Ricardo Corazón de León o Winston Churchil”.


A esto se suma el carácter subjetivo de lo que cada persona entiende como liderazgo. Quizá un sujeto pueda ser un gran líder para un individuo pero no sea concebido como tal por otro. La historia, de hecho, nos ha dejado múltiples ejemplos. Sin olvidar tampoco la importancia que tiene hoy en día el liderazgo situacional como mecanismo para adaptar la dirección a la implicación y grado de madurez de los propios empleados.

Sé tu propio líder y mantén firmes estos valores y habilidades:

  • Innovación y creatividad. Hoy en día hay la palabra exceso está presente en casi todo por lo que ser creativo e innovador te hará destacar ante el resto creando un valor de marca muy potente, además de generar interés.
  • Carisma. Seduce, respeta y convence.
  • Comunicación. El liderazgo empresarial requiere de una alta habilidad directiva para transmitir no solo el qué se quiere lograr, sino también el cómo se van a conseguir las metas.
  • Delegación. Para poder atender a las mayores necesidades para el crecimiento, debes aprender a delegar. Además, será un acto de confianza y un reto para la persona elegida.
  • Coordinación. La capacidad de conseguir que todas las piezas de la maquinaria funcionen eficazmente es otra de las características del liderazgo empresarial. Para ejercerlo, es fundamental conocer en profundidad a la compañía y sacar el máximo partido a los recursos de los que se dispone.
  • Colaboración. Colabora codo con codo con tu equipo, creando estrechos lazos entre los miembros de la plantilla para obtener los resultados esperados.
  • Disciplina. Si bien el liderazgo empresarial potencia las fortalezas de cada trabajador, también es necesario gestionar las debilidades y ser exigente con los integrantes del equipo, para evitar los fallos y eliminar las carencias.
  • Honestidad. ¿Cómo va a conseguir un directivo el respeto de la plantilla si muestra un comportamiento incoherente? Ser consecuente con los actos, decisiones e ideales, en los éxitos y en los fracasos, marcarán la diferencia entre una gerencia mediocre y un auténtico liderazgo empresarial.
  • Entusiasmo. Esta capacidad es clave en el resto de habilidades. Demostrar una actitud entusiasta y contagiarla al resto del capital humano de la organización es el primer paso para desarrollar un buen liderazgo empresarial.



“La manera más efectiva de hacerlo, es hacerlo”  -Amelia Earhart-



Fuente: http://www.escuelamanagement.eu/habilidades-de-liderazgo-2/que-es-liderazgo-empresarial-concepto-y-caracteristicas